Decíamos con Borges que habría que publicar en un diario un artículo sobre Juan Ramón Jiménez y deslizar una errata, de modo que el nombre apareciera así: "Juan Jabón Jiménez". Después, publicar en otro diario o revista otro artículo y que el nombre del poeta apareciera alguna vez cambiado, por ejemplo: "Juan Jarrón Jiménez". Etc., etc. Publicar finalmente en otra parte un artículo desenmascarando el complot; en el último párrafo el nombre del desagraviado poeta aparecería así: "Juan Jamón Jiménez".
ADOLFO BIOY CASARES, De jardines ajenos. Libro abierto. Tusquets Editores, Barcelona, 1997, p. 127.
11.11.09
Borges y Bioy, bromistas
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8 comentarios:
Simpática broma. Ser objeto de ellas, aceptarlas y entenderlas es una buena forma de tomarnos menos en serio a nosotros mismos, minúsculos seres en universo infinito, apenas fotograma en la película de la vida. No sé si Juan Ramón tendría sentido del humor, ni si es demasiado suponer que lo tubieran Bioy o Borges (esta cualidad se demuestra más siendo en embromado que el bromista). Al fin, la sabiduría, sin humor, es puro tedio ...
dios, el tubieran no ha sido más que una broma de mis torpes dedos .... disculpas
¡pero bueno!... 'el' embromado, quise decir ... (torpes, torpes, mis dedos, aunque eso sí, rápidos, jajaja)
Nuevas disculpas. En fin, mejor me voy.
(Intento recuperar lo dicho, ya que se me ha borrado...) No creo que JRJ tuviera mucho sentido del humor, aunque lo cierto es que tuvo que soportar muchas bromas en su vida (de los poetas del 27 y otros). La más memorable, acaso, fue cuando un grupo de poetas americanos inventaron una admiradora. El poeta acabó carteándose con "ella", y la cosa llegó tan lejos, que los "creadores" tuvieron que "matar" a su criatura...
"Osamentas narrativas", les podríamos llamar a esas ocurrencias que se nos presentan con tal brillantez del ingenio que deslumbran a la mano, incapaz de escribir las vísceras, los músculos y los caminos, canbales y puertos de la invención. Con todo, el humor que no falte. Ando atareado desde hace tiempo en levantar acta de las erratas tipográficas que la rapidez de digitación, la ofuscación, la obnubilación o la simple ignorancia nos llevan a cometer. La última: "Soserbio", por soberbio. En Croacia y en Bosnia me aclamarían como a un gran patriota...
Ahí están los "canbales" en vez de canales, para no desmentirme...
Vaya Luis, ... pobre JRJ; me caía mal pero acabará por darme pena. Eso de la admiradora fue un golpe bajo (¡ay, la vanidad! ¡cuán ilusos nos hace!).
Adoptaré lo de 'soserbio', Juan (aunque no estoy muy segura de que nos aclamaran, no).
Incluso en los errores hay aciertos, ¿no, Juan? No pierdas de vista las curiosidades que genera, hoy por hoy, la proliferación del seseo. Por ejemplo: la confusión entre "Chaves" (es decir, Chávez) y el Chaves de aquí... La primera vez que hoy (perdón, oí) "Cusco", me sobresalté, pero ya estoy avisado. Un eminente psicólogo siempre hablaba en sus cursos de "asidia"; y cuantos ignoraban la palabra acidia, hablaban, necesariamente, de asidia, con lo que daban carta de naturaleza a una palabra que ninguna dificultad tenían en pronunciar correctamente.
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