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29.8.12

"El reino de los cielos es de los hombres sencillos" (Puche y Justina dialogan)


Puche dice:
—Hija mía, hija mía: la vida es triste, el dolor es eterno, el mal es implacable. En el ansioso afán del mundo, la inquietud del momento futuro nos consume. Y por él son los rencores, las ambiciones devoradoras, la hipocresía lisonjera, el anhelante ir y venir de la humanidad errabunda sobre la tierra. Jesús ha dicho: “Mirad las aves del cielo, que no siembran ni siegan, ni allegan en trojes; y vuestro Padre celestial las alimenta...” La humanidad perece en sus propias inquietudes. La ciencia la contrista; el anhelo de las riquezas la enardece. Y así, triste y exasperada, gime en perdurables amarguras.
Justina murmura en voz opaca:
—El cuidado del día de mañana nos hace taciturnos.
Puche calla un momento; luego añade:
—Las avecillas del cielo y los lirios del campo son más felices que el hombre. El hombre se acongoja vanamente. “Porque el día de mañana á sí mismo se traerá su cuidado. Le basta al día su propio afán.” La sencillez ha huido de nuestros corazones. El reino de los cielos es de los hombres sencillos. “Y dijo: En verdad os digo, que si no os volviereis é hiciereis como niños, no entraréis en el reino de los cielos.”
Los martillos de la vecindad cantan en sonoro repiqueteo argentino. Justina y Puche callan durante un largo rato. Luego Puche exclama:
—Hija mía, hija mía: el mundo es enemigo del amor de Dios. Y el amor de Dios es la paz. Mas el hombre ama las cosas de la tierra. Y las cosas de la tierra se llevan nuestra paz. “Y aconteció que como fuesen de camino, entró Jesús en una aldea, y una mujer, que se llamaba Marta lo recibió en su casa. ”Y ésta tenía una hermana, llamada María, la cual también sentada á los pies del Señor oía su palabra. ”Pero Marta estaba afanada de continuo en las haciendas de la casa: la cual se presentó y dijo: Señor, ¿no ves cómo mi hermana me ha dejado sola para servir? Dile, pues, que me ayude. ”Y el Señor le respondió y dijo: Marta, Marta, muy cuidadosa estás y en muchas cosas te fatigas. ”En verdad una sola es necesaria. María ha escogido la mejor parte, que no le será quitada.”

[Puche, viejo clérigo de cenceño cuerpo y cara escuálida, dialoga con su sobrina Justina, moza fina y blanca, novia de Azorín (Antonio), aunque no por mucho tiempo, ya que Justina elegirá entrar en religión.]
José Martínez Ruiz [futuro Azorín], La voluntad  [1902]
Edición de E. Inman Fox
Madrid: Clásicos Castalia (Narrativa siglo XX), 2010

23.8.12

El mundo es ansí y así somos todos

Mi estancia en Moscou [sic] ha sido para mí un terrible desencanto.

¿Cómo ha podido cambiar en tan poco tiempo el ambiente de esta ciudad? Ya aquí nadie se preocupa de lo que nosotros nos preocupábamos; ya nadie habla entre la gente joven de vivir para los demás, de sacrificarse por el pueblo.

Los estudiantes se ríen del antiguo idealismo.

—Aquello se paró —me ha dicho—. Nosotros soñábamos con la revolución, dispuestos a sacrificar nuestras vidas; con una revolución espiritual y moral que transformara y perfeccionara la sociedad. Estos jóvenes no sueñan con nada. Quieren vivir, aprovechar la vida, y todo el mundo se lanza a los placeres con una brutalidad horrorosa. Hay sociedades para fomentar la borrachera y la voluptuosidad. Ya los estudiantes no leen a Dostoievski, ni a Tolstoi, ni a los escritores socialistas; en las Universidades, las obras eróticas son las únicas que privan.

—Pero, ¿es posible?

—Es la pura verdad. Los rusos estamos entre dos corrientes, la que va a Oriente y la que va a Occidente. El ruso de hoy parece que se ha decidido a ser oriental.

Le he preguntado a este profesor por algunos amigos y conocidos. Unos fueron llevados a la Siberia, otros se suicidaron, la mayoría han desaparecido; algunos, muy pocos, los astutos y los intrigantes, han progresado y se han acercado al poder. Los débiles, los idealistas, han perecido. ¡El mundo es ansí! Con mucha frecuencia me acuerdo de aquel escudo del pueblo [Navaridas] y de su concisa leyenda.

La vida es esto; crueldad, ingratitud, inconsciencia, desdén de la fuerza por la debilidad, y así son los hombres y las mujeres, y así somos todos.

Sí; todo es violencia, todo es crueldad en la vida. ¿Y qué hacer? No se puede abstenerse de vivir, no se puede parar, hay que seguir marchando hasta el final.


[Apuntes íntimos de Sacha Savarof, madama feminista, rusa, rubia, muy blanca y sonrosada, los ojos claros e ingenuos, las cejas doradas, la nariz corta y los labios gruesos.]
Pío Baroja, El mundo es ansí  [1912]
Edición de José Antonio Pérez Bowie
Madrid: Espasa (Austral básicos), 2011

14.8.12

+”Sequenza III”, per voce femminile, de Luciano Berio

¿Quién no ha sentido perplejidad al escuchar alguna obra de música contemporánea? Los años no pasan de balde, y alguna de esas obras tan vanguardistas –como esta Sequenza III, per voce femminile (1965) de Luciano Berio ya calzan décadas, y quizás ahora nos suenen de otra manera. Ha llovido tanto… En cualquier caso, escuchar esta música es toda una experiencia… Y que cada cual aplique el adjetivo idóneo según su parecer. 
El primer vídeo es un fragmento grabado en 2007. El montaje resulta bastante singular.
El segundo vídeo recoge la obra entera, de apenas siete minutos, interpretada por Cathy Berberian, a quien está dedicada. La grabación es de 1969.

Fragmento de Sequenza III. Sabina Meyer, soprano.
Versión completa de Sequenza III. Cathy Berberian, soprano.