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10.9.10

Censura de España: Baltasar Gracián y Blas de Otero (y 2)

Otero: el tema de España

Ese tema [“el tema predominante en toda la segunda fase de su poesía”], que llega a ser obsesivo en Otero, es el tema de España, en sus dos vertientes principales: de un lado, la preocupación por España –el ser, el destino, el drama de España–; de otro, el paisaje, el rostro vario y hermoso de la patria física, de todas las Españas que el poeta ha vivido y contemplado, lenta y saboreadamente. […]

Como a Unamuno, como a Machado, también a Otero le duele amargamente España, le punza dolorosamente la espina de una patria injusta y cruel, el cáliz amargo de la guerra civil. Si César Vallejo titula su libro escrito durante la guerra España, aparta de mí este cáliz, Otero nos dirá en un poema de Pido la paz y la palabra:

España, espina de mi alma. Uña
y carne de mi alma. Arráncame
tu cáliz de las manos.
Y amárralas a tu cintura, madre.

El tema de la guerra civil, de la guerra cainita, como diría Unamuno, reaparece una y otra vez, como una obsesión, en estos poemas de Otero. Y una y otra vez clama a España para que dé una paz respirable para todos. Así al final de tremendo poema Hija de Yago:

Madre y maestra mía, triste, espaciosa España.
He aquí a tu hijo. Úngenos, madre. Haz
habitable tu ámbito. Respirable tu extraña
paz. Para el hombre. Paz. Para el aire, Madre, paz.

Madre y maestra, pero también, en algún momento, madrastra, como en el bello y doliente poema Por venir, en el que se funden aquellas dos vertientes del tema de España -dolor de la patria y belleza de sus tierras-…

JOSÉ LUIS CANO (Del prólogo a País. Antología (1955-1970), de Blas de Otero. 2ª edición. Plaza & Janés, Barcelona, 1974.)

 

Por venir

Madre y madrastra mía,
España miserable
y hermosa. Si repaso
con los ojos tu ayer, salta la sangre
fratricida, el desdén
idiota ante la ciencia,
el progreso.
                       
Silencio,
laderas de la sierra
Aitana,
rumor del Duero rodeándome,
márgenes lentas del Carrión,
bella y doliente patria,
mis años
por ti fueron quemándose, mi incierta
adolescencia, mi grave juventud,
la madurez andante de mis horas,
toda
mi vida o muerte en ti fue derramada
a fin de que tus días
por venir
rasguen la sombra que abatió tu rostro.

BLAS DE OTERO, del libro Que trata de España, en Verso y prosa. Edición del autor. 2ª edición. Cátedra, Madrid, 1976.

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