“La limitada visibilidad del aforismo, condenado a circular por cauces de distribución minoritaria, ha impedido percibir con claridad la importancia que el género ha ido adquiriendo en España a lo largo de los últimos treinta años. Poco a poco, pero sin pausa, el número de libros de aforismos, publicados por lo general en pequeñas editoriales, y en tiradas aún más pequeñas, ha venido creciendo desde principios de los años ochenta, hasta conformar en la actualidad un extenso corpus alejado del gran público y escasamente estudiado. De ahí que un libro como éste, en el que se ofrece un detallado panorama del aforismo español de entresiglos y una amplia selección de textos de autores de diferentes promociones, pueda entenderse como el resultado de una tarea que se planteaba ya como urgente. El autor describe con detalle el alcance del fenómeno en el campo literario español, reflexiona sobre el aforismo como género de discurso y ofrece una amplia muestra de las variantes que el género ha adoptado en España desde 1980. El resultado es un amplio mosaico de textos que, sin duda, sorprenderán al lector por su riqueza y profundidad.” [De la contracubierta.] Más información, AQUÍ. |
24.4.13
Pensar por lo breve: una antología aforística
19.4.13
[Del odio insuficiente: carta de Clodia a Catulo…, y el famoso poema del vate]
XIII-A. De Clodia a Catulo (Por el mismo mensajero, el mismo día.) Hombrecito: XIII-B. De Catulo Odi et amo. Quare id faciam, fortasse requiris. «Odio y amo. Quizá preguntes cómo es esto posible. |
Etiquetas: Catulo, Citas, Oyuela (María Antonia), Wilder (Thornton)
17.4.13
[Amores e idolatría del rey Salomón]
Pero el rey Salomón se enamoró de muchas mujeres extranjeras, además de la hija del Faraón: moabitas, amonitas, edomitas, fenicias e hititas, de las naciones de quienes había dicho el Señor a los de Israel: “No os unáis con ellas ni ellas con vosotros, porque os desviarán el corazón tras sus dioses”. Salomón se enamoró perdidamente de ellas; tuvo setecientas esposas y trescientas concubinas. Y así, cuando llegó a viejo, sus mujeres desviaron su corazón tras dioses extranjeros; su corazón ya no perteneció por entero al Señor, como el corazón de David, su padre. NUEVA BIBLIA ESPAÑOLA Traducción de los textos originales dirigida por Luis Alonso Schôkel y Juan Mateos Madrid: Ediciones Cristiandad, 1977 |
13.4.13
“... a los pies de los apóstoles” (El apóstol Pedro y la mentira de Ananías)
Vida de la comunidad: comunidad de bienes El grupo de los creyentes tenía un solo corazón y una sola alma: nadie tenía por propia cosa alguna, sino que tenían todo en común. Los apóstoles daban testimonio con energía de la resurrección de Jesús, el Señor, y gozaban de gran simpatía. No había entre ellos ningún necesitado, porque todos cuantos eran dueños de haciendas o casas las vendían, llevaban el precio de lo vendido, lo ponían a los pies de los apóstoles y se repartía a cada uno según sus necesidades. José, llamado por los apóstoles Bernabé -que significa hijo de la consolación-, levita, chipriota de nación, tenía un campo, lo vendió, trajo el dinero y lo puso a los pies de los apóstoles. El caso de Ananías y Safira Sin embargo, un tal Ananías, de acuerdo con Safira, su mujer, vendió una propiedad y se quedó con parte del precio, sabiéndolo también su mujer; luego tomó el resto y lo puso a los pies de los apóstoles. Pedro le dijo: Biblia En el texto he combinado diversas traducciones, aunque la base es la de las editoriales San Pablo y Cristiandad. |
8.4.13
Retahíla de putas (Mamotreto XXI de “La Lozana andaluza”)
Otra pregunta que hace la Lozana al valijero cuando se levanta Lozana. Decíme, señor, esas putas o cortesanas, o como las llamáis, ¿son todas d’esta tierra? Valijero. Señora, no, hay de todas naciones: hay españolas castellanas, vizcaínas, montañesas, galicianas, asturianas, toledanas, andaluzas, granadinas, portuguesas, navarras, catalanas y valencianas, aragonesas, mayorquinas, sardas, corsas, secilianas, napolitanas, bruzesas, pullesas, calabresas, romanescas, aquilanas, senesas, florentinas, pisanas, luquesas, boloñesas, venecianas, milanesas, lombardas, ferraresas, modonesas, brecianas, mantuanas, raveñanas, pesauranas, urbinesas, paduanas, veronesas, vicentinas, perusinas, novaresas, cremonesas, alejandrinas, vercelesas, bergamascas, trevisanas, piedemontesas, savoyanas, provenzanas, bretonas, gasconas, francesas, borgoñonas, inglesas, flamencas, tudescas, esclavonas y albanesas, candiotas, bohemias, húngaras, polacas, tramontanas y griegas. Lozana. Ginovesas os olvidáis. Valijero. Ésas, señora, sonlo en su tierra, que aquí son esclavas, o vestidas a la ginovesa por cualque respeto. Lozana. ¿Y malaguesas? Valijero. Todas son maliñas y de mala digestión. Lozana. Dígame, señor, y todas éstas, ¿cómo viven, y de qué? Valijero. Yo’s diré, señora: tienen sus modos y maneras que sacan a cada uno lo dulce y lo amargo. Las que son ricas, no les falta qué espender y qué guardar. Y las medianas tienen uno aposta que mantiene la tela, y otras que tienen dos, el uno paga y el otro no escota; y quien tiene tres, el uno paga la casa, y el otro la viste, y el otro hace la despensa, y ella labra. Y hay otras que no tienen sino día e vito, y otras que lo ganan a heñir, y otras que comen y escotan, y otras que les parece que el tiempo pasado fue mejor. Hay entr’ellas quien tiene seso y quien no lo tiene; y saben guardar lo que tienen, y éstas son las que van entre las que son ricas, y otras que guardan tanto que hacen ricos a munchos; y quien poco tiene hace largo testamento, y por abreviar cuando vaya al campo final, dando su postremería al arte militario, por pelear y tirar a terrero; y otras que a la vejez viven a Ripa. Y esto causan tres estremos que toman cuando son novicias, y es que no quieren casa si no es grande y pintada de fuera, y como vienen, luego se mudan los nombres con cognombres altivos y de grand sonido, como son: la Esquivela, la Cesarina, la Imperia, la Delfina, la Flaminia, la Borbona, la Lutreca, la Franquilana, la Pantasilea, la Mayorana, la Tabordana, la Pandolfa, la Dorotea, la Orificia, la Oropesa, la Semidama y doña Tal, y doña Andriana, y ansí discurren mostrando por sus apellidos el precio de su labor; la tercera, que por no ser sin reputa, no abren público a los que tienen por oficio andar a pie. Lozana. Señor, “aunque el decidor sea necio, el escuchador sea cuerdo”. ¿Todas tienen sus amigos de su nación? Valijero. Señora, al principio y al medio, cada una le toma como le viene; al último, francés, porque no las deja hasta la muerte. Lozana. ¿Qué quiere decir que vienen tantas a ser putas a Roma? Valijero. Vienen al sabor y al olor. De Alemaña son traídas, y de Francia son venidas. Las dueñas d’España vienen en romeaje, y de Italia vienen con carruaje. Lozana. ¿Cuáles son las más buenas de bondad? Valijero. ¡Oh, las españolas son las mejores y las más perfectas! Lozana. Ansí lo creo yo, que no hay en el mundo tal mujeriego. Valijero. Cuanto son allá de buenas, son acá de mejores. Lozana. ¿Habrá diez españolas en toda Roma que sean malas de su cuerpo? Valijero. Señora, catorce mil buenas, que han pagado pontaje en el golfo de León. Lozana. ¿A qué vinieron? Valijero. Por hombres para conserva. Lozana. ¿Con quién vinieron? Valijero. Con sus madres y parientas. Lozana. ¿Dónde están? Valijero. En Campo Santo. Francisco Delicado, La Lozana andaluza Edición, introducción y notas de Bruno Damiani Madrid: Clásicos Castalia, 1972 |
Etiquetas: Damiani (Bruno), Delicado (Francisco), Florilegio (Antología mínima de autores varios)
2.4.13
Pensar por lo breve. Aforística española de entresiglos
La editorial Trea publicará próximamente el libro Pensar por lo breve. Aforística española de entresiglos. Antología, 1980-2012, de José Ramón González, profesor de la Universidad de Valladolid.
En el número 44 de la revista elcuaderno se publica el artículo de Martín Mercader “En estado de aforismo”, así como una mínima selección de los autores antologados, entre los que me encuentro.