Como a la peste. Así hay que temer a los virus informáticos. Y a los antivirus también. Que en ocasiones causan más daño del que evitan. Yo no puedo olvidar que un antivirus, el Norton dichoso, aniquiló el disco duro de mi primer ordenador, de aquellos con monitor todo culo. La pantalla se puso de luto riguroso, y por mucho ¡arre, arre! no había manera de que arrancara. Puede que fuera yo el causante del colapso al contestar al buen tuntún algunas preguntas en inglés. Lo cierto es que el ordenador cayó fulminado y la pitanza con que le había alimentado desapareció. Todo cosas de poco valor, recuperadas gracias a la copia de seguridad almacenada en un disquete.
Estos últimos días, a causa de otro antivirus, me quedé sin conexión a internet, lo que me obligó a mucho platicar por teléfono con los técnicos. Tras tediosas comprobaciones, el diagnóstico fue que se había originado un conflicto en el ordenador. ¡Para echarse a temblar! ¡Un conflicto! (Un técnico me recomendó que dejara descansar durante un cuarto de hora al ordenador. A veces, basta con eso, añadió el mago, para que se arregle. Como no estaba en condiciones de dudar, aunque sospechaba que quizás quería despedirme, le creí; pero no hubo tal. El reposo no dio su fruto. La lucha interna continuaba.)
Después de casi dos horas al teléfono (algo que ahora me cuesta creer), el último técnico con el que hablé sentenció que nada podía hacer, que el problema era del ordenador.
A la lucha del ordenador se añadió la mía propia. La idea de llevar el portátil a reparar me sumió en una postración, digamos, binaria. Paseé mi abatimiento durante dos horas, y poco a poco ahuyenté los miedos: se imponía copiar los ficheros personales y borrarlos del ordenador…
Tras la tempestad, vino la calma. En ocasiones, no es mala idea dejar reposar las cosas. Y así, al cabo de unos días, supuse que quizás desinstalando el antivirus… (aunque no parecía haberse instalado). Y voilà, problema resuelto. Lo veía y no lo creía. En el correo me esperaba un presupuesto de reparación: 60 euros. Y entonces pensé: qué importante es en esta vida saber dónde se sopla. Qué duda cabe que antes del eureka el presupuesto me hubiera parecido salvífico…
11 comentarios:
Me dejas preocupado, nunca creí que un antivirus fuera tan peligroso. El mío es Avast, gratis total, y sale en la barra de herramientas una esferita naranja dando vueltas la mar de tranquilizadora. Ya no la miraré con los mismos ojos.
Un abrazo.
Sí, yo tenía uno gratis, el Microsoft Security, y no me ha dado problemas; es el mismo que vuelvo a tener. El problema ha surgido al instalar uno de pago, de Telefónica. A pesar de que quité el que tenía, la instalación falló y me dejó colgado. Para una persona puesta en asuntos informáticos, supongo el problema sería menor, pero a mí me ha dado bastantes quebraderos de cabeza. En la instalación, pues, es donde está el peligro.
Un abrazo.
Mi antivirus PANDA. Este año no quería renovar y pagar los casi noventa euros que vale la instalación. Mandé un email a PANDA para que no me lo renovaran. Fue inútil, me cargaron en mi tarjeta el coste de la renovación. Fui al banco a retrotraer el pago pero fue imposible lo que sucede cuando se paga con tarjeta. Quería instalar el AVAST que sé que es gratuito. La relación con los antivirus siempre es compleja. Ahora tengo otro ordenador MAC que, según dicen, no necesita antivirus pero ya me ha llegado noticia de que ya hay programas víricos para MAC. De mear y no echar gota.
Lo has contado con mucha gracia. Cuando se carece de conocimientos informáticos de la más elemental catadura (como es mi caso), se acaba por mirar al ordenador como a una suerte de caprichosa deidad, capaz de dejarnos desamparados, huérfanos de su salvífico poder comunicador, informador y almacenador, por un quítame allá esas pajas ... Cualquier leve 'pestañeo' de la pantalla, cualquier cambio en su policromía (si estremece el negro, el azul eléctrico no causa menos temblores) cualquier tímida demora en la aparición de respuesta nos pone, por impíos que seamos, a buscar como posesos en la memoria el rastro de cualquier rezo. Amén.
Un saludo.
Es cierto que el ordenador genera algunas dependencias supersticiosas.
Que todo vaya bien.
Saludos.
P.D.: Parece ahora que es blogger quien va de nuevo mal, pues no deja ver a los seguidores (ni falta que hace, por cierto).
De los técnicos ni hablamos...
Joselu, estamos vendidos. Cuando compré un portátil, pasó algún tiempo antes de darme de alta en internet. Pues bien, antes de entrar en ninguna página ya se me había colado el gusano Sasser (creo que se llama así). Fue una gran lección: en el trato con ordenadores, a diferencia de lo que ocurre con el sexo, corres peligro incluso sin tener relaciones.
Zim, lo cierto es que lo he dejado reposar algo, como diría el técnico, ya que el cabreo que tenía era supino. La ignorancia es mala en todo, pero en informática además te sientes tonto.
José Miguel, va bien. Y lo que más me sorprende es lo fácil que era la solución, a la que tuve que llegar solo, después de tanta exploración técnica.
Al59: Lo que se dice hablar, yo tuve que hablar un rato, y no con uno ni dos. Lo que más me llamaba la atención era que siempre me saludaban con un "buenas tarde", incluso siendo de noche, de lo que deduzco que debían estar a varios miles de kilómetros de aquí.
EXCELLENT formula! I've began producing my very own washing soap just lately -- as well as like it -- however do not have the pretreatment squirt -- They are SIMPLE elements as well as I will provide this particular an attempt!!! Many thanks with regard to publishing this!
fut coins
ESO Gold
buy fifa coins
Publicar un comentario
Gracias por tu comentario.
Contestaré si tengo algo pertinente que añadir.