Como el verano diluye todas las buenas intenciones, y es época en la que apenas se siente uno dueño de sí, no estoy seguro de que en las próximas semanas publique alguna entrada. Se hará lo que se pueda, y quizá la realidad secunde mis deseos.
De momento, he colgado un nuevo poema (muy "invernal", me temo) en:
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5 comentarios:
Bueno, amigo Luis, esto va como va. Es decir como quiere el temple del corazón, a borbotones o no. Como se ama, cuando nos viene en gana.
Bueno, un saludo, ha sido un placer seguirte -algo accidentalmente- durante este curso. Ahora viene el verano y tal vez yo también opte por cerrar. Si te apetece volver y estoy por aquí, te visitaré. He conocido tu otro blog. Buen verano.
Muchas gracias por vuestras palabras. A pesar de la rotunda interrogación del título, espero seguir con el blog, aunque durante el verano el ritmo será necesariamente muchísimo más lento. Buen verano a ambos.
Sin ser quién para hacerlo, pues me meto en jardín ajeno, quizás no nos vendría mal a los lectores entusiastas un cierto sosiego en el ritmo de publicación, porque veces hay en las que aún estamos rumiando la participación y una nueva entrada nos descoloca y nos despalabra... No ignoro que yo tardo mucho en ir añadiendo baldosas de mi manzana, pero ha de ser disculpa en mí que aún sigue, la manzana, escribiendose poco a poco...
Contra el verano han escrito muchos y bien, por lo que no abundaré en su condición inhumana. La solución es elegir un clima templado. Valle, gallego él, ya dijo que "qué sería de España sin este sol", y debió de entrever su potencial "industrial", pero, en buena lógica peregrina, nosotros deberíamos de ir a vivir al septentrión durante estos meses en que ellos bajan todos a esta sartén.
Aquí estaré, Luis, esperando tus entradas. Mientras, le echaré un vistazo a algunas antiguas.
Un abrazo.
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