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5.1.10

*Eclesiastés, III, 1-22





No he querido resistir la tentación de citar la traducción de Alfonso el Sabio, que nos devuelve a una época en que el castellano apenas empezaba su andadura. No obstante, la traducción que he frecuentado con más asiduidad es la de Casiodoro de Reina (1569), revisada por Cipriano Valera (1602), que conserva el aroma de una época en que el castellano alcanza las cimas más altas.  
Todas las cosas an tiempo, e por sus espacios e medidas passan quantas cosas so el sol son.
E tiempo de naçer e tiempo de morir, e tiempo de llantar e tiempo de arrancar lo llantado,
e tiempo de matar e tiempo de sanar, e tiempo de destroír e de fazer casa,
e de llorar e de reír, e de llañer e de sotar,
e de esparzer piedras e de cogerlas, e de abraçar e de alongarse de los abraçamientos,
e de ganar e de perder, e de guardar e desechar,
e de tajar e de coser en uno, de callar e de fablar,
de amor, de malquerencia, de batalla, de paz.
¿Qué más d'esto á el omne de su trabajo?
Vi la pena que dio Dios a los fijos de los omnes, que se estiendan en ello.
Todas las cosas fizo él buenas en su tiempo e dio el mundo a su ordenamiento d'ellos, que non falle omne la obra que obrare Dios del comienço fasta en la fin.
E coñocí en verdat que non avié mejor cosa que alegrarse el omne e fazer bien en su vida.
Ca todo omne que come e beve e vee bien e lo que·l plaze de su lavor, éste don de Dios es.
Aprendí que todas las cosas que Dios fizo durarán siempre, e nin podemos añader nin toller nada a lo que Dios fizo, que sea él temido.
E lo que es fecho, esso dura; e las cosas que de venir an, ya fueron, e Dios establece lo que passó.
Vi so el sol en logar de juizio non piadat, e en logar de justicia desegualdat,
e dix en mio coraçon: -Derecho e señorío judgará Dios, e entonces será el tiempo de toda cosa e doto departimiento.
Dix de los fijos de los omnes en mio coraçon que los provasse Dios e les mostrasse que semejavan a bestias.
E por ende es una la muerte del omne e d'ellas, e egual la fechura del omne e de la bestia. Assí como muere el omne, otrossí assí mueren todas las otras cosas e respiran todas, e el omne non á ninguna cosa más que la bestia: e todas las cosas son vanidat.
E todas van a un logar, e de tierra son fechas e a tierra se tornan egualmientre.
¿Quién sabe si el espíritu de los fijos de Adam va suso, e el espíritu de las bestias decienda yuso?
E aprendí que non avié cosa ninguna mejor que alegrarse omne en su vida, e ésta ser la su parte d'él. Ca el omne, ¿quí·l aduzdrá a tanto saber que coñosca las cosas que an a seer después d'él?
* * *
ALFONSO EL SABIO, General Estoria, Tercera Parte, IV. Libros de Salomón: Cantar de los cantares, Proverbios, Sabiduría y Eclesiastés. Edición de Pedro Sánchez-Prieto Borja y Bautista Horcajada Diezma. Gredos, Madrid, 1994.
Bajo esta etiqueta -Florilegio (Antología mínima de autores varios)- pretendo acoger una selección de textos breves (verso y prosa) que, al margen de cualquier juicio crítico, me han interesado como lector. Los textos en prosa abarcarán los "géneros" que hacen de la brevedad virtud: aforismos, poemas en prosa, fragmentos, cuentos cortos, etc. De los textos poéticos en otras lenguas ofreceré el texto original. Asimismo, en la referencia bibliográfica, haré mención de la edición utilizada. 


3 comentarios:

Joselu dijo...

Bellísimo castellano que nos muestra las raíces de nuestra lengua. ¡Qué poca conciencia existe sobre la lengua, su evolución y su historia! Antes al menos en los institutos se leía El libro de buen Amor o El cantar de Mío Cid o los cuentos de don Juan Manuel. Ahora es impensable. Hemos perdido todo contacto con el elegante y rico castellano medieval.

Yolanda dijo...

Ah, la maravillosa lengua balbuceante pero perfecta que hemos heredado... Qué mal la tratamos y qué poco la apreciamos... Tiene razón Joselu: es penoso (y vergonzoso) que ya no se estudie en los institutos la literatura que tan buenos frutos dio hace siglos. En ella late el germen de todo lo actual, los sentimientos son los mismos y las preocupaciones, a poco que profundicemos, son iguales a las de hoy. Hemos arrinconado injustamente grandes joyas a las que tanto debemos.
Un saludo.

Luis Valdesueiro dijo...

Es lamentable, Joselu y Yolanda, ese dar la espalda que señaláis a la literatura medieval en el sistema educativo. ¡Y parece que no cabe ser muy optimista a ese respecto de cara al futuro!
Saludos.

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