¿Pesadilla existencial? Quizás. O tal vez alucinado desvelo, si nos atenemos al título. En cualquier caso, inolvidable poema, que siempre nos zarandea como la primera vez. Desesperado de sí y del mundo, un hombre gimiente –Dámaso Alonso, por más señas, de 45 años, y cadáver de Madrid– expresa su fúnebre y lacerante dolor nocturno. Un dolor que le anima a pedir cuentas a Dios, sobre el que lanza una agria sospecha: que sean los hombres abono del jardín del día y de sus noches. Diez versos tan solo, libres y doloridos, le bastan a Dámaso Alonso para exponer sus dudas sobre la cadavérica realidad del hombre.
Según creo, la voz del poeta no desmerece en absoluto del poema.
“Insomnio”, de Dámaso Alonso, en su propia voz.
2 comentarios:
No es usual que los poetas sepan "decir" sus poemas, porque el sonido real y el mudo (valga el oxímoron) de las letras constituyen lenguajes distintos. Dámaso Alonso se aparta de la norma y logra emocionar con su propia lectura del poema, como si fuera un experto rapsoda. Sólo he detectado una vacilación que en modo alguno desmerece la totalidad de la interpretación.
Gracias a este vídeo he descubierto otros en you-tube que me ayudarán a formar una fonoteca para colgarla en la página virtual de mi Instituto, de modo que les sirva a mis alumnos. Gracias por el regalo.
Suerte en la búsqueda. Como podrás comprobar hay muchas cosas en You Tube y, dentro de ellas, muchas inservibles, según mi criterio. Pero, bueno, habrá que seguir en la brega...
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