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30.10.09

* Canción



1

No tardes, Muerte, que muero;
ven, porque viva contigo;
quiéreme, pues que te quiero,
que con tu venida espero
no tener guerra conmigo.



2

Remedio de alegre vida
no lo hay por ningún medio,
porque mi grave herida
es de tal parte venida,
que eres tú sola remedio.
Ven aquí, pues, ya que muero;
búscame, pues que te sigo:
quiéreme, pues que te quiero,
y con tu venida espero
no tener vida conmigo.

JORGE MANRIQUE (¿1440?-1479): Obra completa, edición de Augusto Cortina, Espasa-Calpe, 11ª ed., Madrid, 1975.

29.10.09

El circo de los libros

Hace unas horas que oí por la radio, con la estupefacción reservada a las gilipolleces, que unos cuantos individuos pasarán -o han pasado, o están pasando- unas horas, en el escaparate de una librería, desflorando,  antes de que se ponga a la venta, la última novela de moda... Creo que las horas y los lectores son doce, como los apóstoles -aunque no lo recuerdo exactamente- o quizá diez, como los mandamientos. Esta noche no he dormido bien, y aunque no culpo a la noticia, lo cierto es que ha conseguido traerme un recuerdo de infancia: aquellos monos, de culo rojo pelado y mano inquieta, que en el foso de la antigua Casa de Fieras del Retiro, se pelaban la minga, sin pudor, ante el íntimo regocijo tímido de los asistentes. (Espero que la memoria no me traicione, pero cualquiera sabe que la memoria inventa tanto como la imaginación. Vamos, que es otra forma de imaginar lo que uno ha vivido.)

A mí la noticia del exhibicionismo lector me molesta, para qué negarlo, pero sobre todo por lo pacata que es, y por su incapacidad para rendir culto a la más rabiosa pos-posmodernidad. Alego varias razones:

1º Los lectores debieran estar desnudos. A nadie se le oculta que, desde que lo descubriera aquella jovial película inglesa que ilustraba crisis laborales y personales, desnudarse es necesario si la causa es buena (y no hay causa mala si uno se desnuda).

2º La cabeza de los lectores debería estar adornada con un casco frondoso de cables  conectados a un monitor, en el que los espectadores pudieran apreciar las evoluciones cerebrales a que daba lugar la historia. Serviría también para descubrir a los listillos que, en lugar de leer, hacían que leían. (La gente es muy capaz de hacer mucha cosas para aparentar que hacen otras. Sobre todo, supongo, la gente que está dispuesta a leer en un escaparate.)

3º Los ejemplares utilizados en la acción deberían ser donados a las grandes bibliotecas nacionales del mundo, o entregadas a una ONG para que organizara una tómbola... o... o... o... o por último...

Estas son apenas unas mínimas observaciones, pero es indudable que ante los publicistas (antaño llamados publicitarios) se abre un inmenso campo de posibilidades culturales. La publicidad se liberó hace tiempo de los viejos escrúpulos éticos acerca de si el fin justifica los medios, o no los justifica. Hoy por hoy, la publicidad no acepta límites. Y su regla de oro viene a decir algo así como: si la causa es buena (¿y qué causa no lo será?), la acción es buena.

26.10.09

Florilegio - Declaración de intenciones

Bajo esta etiqueta -Florilegio (Antología mínima de autores varios)- pretendo acoger una selección de textos breves (verso y prosa) que, al margen de cualquier juicio crítico, me han interesado como lector. Los textos en prosa responden a "géneros" que hacen de la brevedad virtud: aforismos, poemas en prosa, fragmentos, microcuentos, etc. De los textos poéticos en otras lenguas ofrezco el original. Menciono, asimismo, la edición utilizada en cada caso. (Téngase por excepción cualquier olvido de estas pautas.)

*"Tan t'amare, tan t'amare..."


¡Tanto amarte, amarte tanto,
amigo, tanto amarte!
Enfermaron mis ojos
y me hacen daño.


Tan t'amare, tan t'amare / habibi, tan t'amare! / enfermaron welyos gayos / y duolen tan male.

 YOSEF AL-KATIB (Yosef el escriba) - (Segundo tercio del siglo XI), en Locus amoenus. Antología de la lírica medieval de la península ibérica (latín, árabe, hebreo, mozárabe, provenzal, galaico-portugués, castellano y catalán. Edición bilingüe de Carlos Alvar y Jenaro Talens. Galaxia Gutenberg/Círculo de Lectores, 2009.


19.10.09

Risas solitarias

Un hombre cruza el parque. Y  va riéndose. Solo.
Poco después, una mujer cruza el parque. Y va riéndose. Sola.
Risas solitarias. Tan... ¿cómo decirlo...? Tan... como amores solitarios. 

18.10.09

Agujeros negros


Hay días en que cunde la desidia, el tedio mortecino, la nada zalamera. Días en que el pulso de la vida parece no latir, y la sangre se enfría, y la ilusión claudica, y el futuro espanta. Días en que la indolencia duele mansamente.
Acontece acaso que se teme con pavor: ¿y si siempre fuera así? Pero no cabe el recelo, que nada dura para siempre. Todo se pasa, dice la mística Teresa, todo. Se pasa todo. Y así, el año se vuelve efímero y todos los días del mundo son un solo día en el devenir del tiempo.

Pues el dolor y el placer se acaban, pues la alegría y la tristeza tienen fin.
Que nada alegra con alegría eterna, que nada duele con eterno dolor.

Y si la savia del placer esconde felicidad, la savia del dolor es toda sabiduría.

13.10.09

Pan y citas

                    ... Tiempo ha largo

desque á nadie sus votos vende el

pueblo, negocios tales indolente mira.

Y el que daba otro tiempo

dictaduras, legiones, consulados,

todo en fin, de presente

guárdase dello, y róbanle sus ansias

pan y juegos de circo únicamente.

Juvenal, Sátiras, X [Traducción de Don Luis Folgueras Sion, 1817]

 

***

¡Menos pan y más impuestos!

Lewis Carroll, Silvia y Bruno. [Cito de memoria.]

 

***

Un hombre pasa con un pan al hombro.

¿Voy a escribir, después, sobre mi doble?

César Vallejo, "Un hombre pasa con un pan al hombro", en Poemas humanos.

 

***

De pura sed, a las criaturas se les pega la lengua al paladar; los niños piden pan y nadie se lo da.

Lamentaciones, 4, 4.

2.10.09

Apostilla sobre la traducción

Todo lo relativo a la traducción desprende, inevitablemente, un tufillo platónico. Refiere Borges, siguiendo a Porfirio, que Plotino se negaba a dejarse retratar con esta excusa: si soy la sombra de un arquetipo, mi retrato sería necesariamente sombra de una sombra. A la traducción le ocurre otro tanto: es la sombra de una obra. Bertrand Russell se burlaba con mucha gracia de la teoría platónica de las Ideas, y su burla nos ayuda a perfilar el tema. Venía a decir el filósofo inglés que, aunque la Idea de vaca era perfecta, inteligible, son las vacas degradadas, las vacas sensibles, las que nos dan filetes... Y, en consecuencia, seguiremos leyendo a muchos autores a los que en realidad no leemos... Pero, ¿cómo renunciar a los filetes de la vaca literaria, por imperfectos que sean? (Cambiando de tercio: ¿quién, que haya visto dobladas sus películas, sería capaz de reconocer la voz de Woody Allen? Y, sin embargo, tan acostumbrados estamos a la del actor que le dobla, que la propia voz de Allen nos parecería un fraude.) 

1.10.09

Un olvido

Me he despertado temprano, pensando en un olvido: no dije ayer de quién eran las palabras de Beckett que citaba. Enmiendo el olvido: eran de Ana María Moix. Como todo el mundo sabe, Beckett escribía en inglés y en francés, no así en español. Tampoco escribía en español Shakespeare, como es sabido, ni Séneca, ni Dostoievski, ni Machado de Assis, ni Büchner, ni Bernhard... Autores todos ellos a los que muchos hemos leído en español. Curioso misterio ése de leer lo que alguien ha escrito, gracias a unas palabras distintas a las que él usó. Y esto, que es el pan nuestro de cada día, y que tan normal nos parece, se lo debemos a esos contrabandistas de la cultura, los traductores. Ante ellos, desaparece el dilema de leer el libro en el original o no leerlo. (Si se puede leer en el original, no hay dilema.) Así, cualquier libro se convierte, ante la posibilidad de ser traducido, en muchos libros. Suele decirse que cada generación necesita traducir de nuevo a los clásicos, que de esa manera aparecen remozados, mientras que el original permanece expuesto a los rigores del tiempo y del cambio semántico. Según  parece, los Essaies de Montaigne resultan cada vez más ininteligibles para los franceses de hoy día, con lo que acabarán siendo traducidos al francés, de la misma manera que ya se vuelve necesario traducir al español el Poema del Cid. Las palabras parecen tener vida propia: cambian de significado, desaparecen por un tiempo,  mueren, resucitan acaso, iguales pero distintas...

(Hace años, una palabra, muerta muertita por estos lares, se rebeló contra su sino y, gracias a la influencia de allende los mares, volvió a la vida en la tierra que la viera nacer, siendo por un tiempo palabra fetiche. No había conversación de altura en la que no se la nombrara. Como un Lázaro déspota, se imponía con arrogancia. Pero, ay, de nuevo cayó en el olvido, y su uso se volvió otra vez obsoleto...)