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17.5.09

La sarna

Emanuel Ringelblum quiso ser el cronista de la vida cotidiana en el gueto de Varsovia. Dio fe de cuanta información llegó a sus oídos. En el gueto sobrevivió hasta que fue asesinado. Su mujer y su hijo corrieron la misma suerte. De la letanía de horrores que registró, recojo esta criminal aporía:

Últimamente la sarna se propaga mucho por la falta de jabón. Hubo un incidente terrible con un niño de tres años, hijo de uno de los refugiados. Durante el viaje, el policía tiró al niño a la nieve, la madre saltó detrás de él queriendo salvarle. El policía le ordenó que volviera al carro, amenazándole con el revólver; sin embargo, ella dijo que la vida no tenía para ella ningún valor sin su hijo. Entonces, el policía amenazó con matar a todos los judíos que estaban en el carro. La mujer subió al carro sin su hijo; cuando llegó a Varsovia se volvió loca. (Crónica del gueto de Varsovía.)
La locura como armisticio con uno mismo.