El Bosco, Adoración de los Magos. Museo del Prado. Madrid. “ ¿No es precisamente la felicidad eso que todo el mundo busca y que no hay absolutamente nadie que no la quiera?¿Dónde la vieron para enamorarse de ella? Seguro que la poseemos, aunque no sé cómo. Existe la modalidad de quien la posee y se siente feliz. Y hay quienes son felices en esperanza. Estos últimos la poseen en grado inferior a los primeros, que son felices al poseer la felicidad real, pero están en mucho mejor situación que aquellos que no son felices ni por la realidad ni por la esperanza. Ni siquiera éstos desearían ser felices si no poseyeran la felicidad en cierto grado. Lo que es ciertísimo es que la desean. No sé como, pero han tenido conocimiento de ella; por eso tienen no sé qué noción de ella. Me ocupo en saber si esta noción reside en la memoria Si reside en ésta, es que hubo un tiempo en que fuimos felices. No trato ahora de indagar si fuimos felices cada uno individualmente considerado o lo fuimos en la persona del primer pecador, en la cual morimos todos y de la cual todos nacimos en la miseria. El tríptico cerrado de la Adoración de los Magos. Lo que ahora me interesa saber es si la felicidad está en la memoria. Porque lo que es cierto es que no la amaríamos si no la conociésemos. Oímos el vocablo felicidad y todos confesamos anhelar la realidad misma. No nos basta el placer que dimana del vocablo. Un griego lo oye en latín y no siente placer alguno, porque desconoce el significado de la palabra. En cambio, a nosotros sí que nos causa placer, como se lo causaría al griego si lo oyera en griego, porque la realidad no es griega ni latina. Es una cosa que tanto griegos como latinos ansían alcanzar. Y dígase lo propio del resto de los lenguajes humanos. Todos la conocen, y si pudiéramos preguntarles con una única palabra si desean ser felices, responderían sin la menor duda que sí. Y esto no sería posible si no estuviera en la memoria de ellos la realidad designada por la palabra felicidad. ” San Agustín Confesiones, Libro X, 21 Madrid: Biblioteca de Autores Cristianos, 2000 Traducción de José Cosgaya, O.S.A. |
9 comentarios:
La memoria de la felicidad o de su ilusión produce nostalgia.
Feliz Año Nuevo, Luis.
"si no estuviera en la memoria de ellos la realidad designada por la palabra felicidad." ¡Nada menos que "la realidad" designada por la palabra "felicidad"! Estos escritores de ficción...
Feliz aproximación a la felicidad...
Querido Luis, recuerda aquella frase de Jorge Luis Borges: "no pasa un día en el que no estemos un instante en el paraíso". La felicidad es ese fulgor minúsculo que alumbra después un tramo de tiempo.
Mis mejores deseos para el año nuevo.
Si no la felicidad al menos una cierta paz para continuar con nuestras cosas deseamos cada año que comienza. Fructífera vida para el blog en el 2012.
Allá San Agustín con sus indagaciones que tan enrevesadamente nos confesó en sus "Confesiones"; por el momento, y a pesar de todo,que el 2012 te sea propicio.
Un abrazo, Javier.
Si no la (inefable) felicidad, que al menos el año sea clemente con nosotros, ya que tan malos augurios le preceden (incluido el calendario azteca con su aviso del fin del mundo, según he oído). Gracias a todos: José Miguel, Juan, José Luis, Mari Carmen y Javier.
Un abrazo.
Dejo mi opinión extraida del último posteo, que entiendo algo tienen que ver con el tema planteado.
"Amplío algo implícito en el párrafo anterior y que puede explicar “mi” forma de recordar: sostengo que no hay memoria de sentimientos. Según mi hipótesis no se puede recordar el amor, la alegría, los celos o la felicidad en forma de sentimientos (que es lo que son). Mi opinión es que la memoria no está preparada para almacenar sentimientos. Si fuera una PC diría que puede almacenar archivos, mp3, wav, pic, jpg, mov, únicamente, los sentimientos tienen un formato digamos “.sen” que no es posible ser almacenado. Por ejemplo, si sentimos amor por alguien que hace mucho no vemos, no es que recordamos ese amor si no que aún lo sentimos. Si el amor por esa persona dejó de existir, podremos conjeturar cuánto lo/la queríamos por el recuerdo de las cosas que hicimos por él/ella pero no por el recuerdo del sentimiento.
Entonces, cabría preguntarse que, si según mi hipótesis los sentimientos no pueden recordarse, ¿por qué la gente se emociona con los recuerdos? Respuesta: porque siguen conservando “vivos” los sentimientos y no solamente una imagen de ellos."
Ser autoreferencial, es engeneral un acto de soberbia. Por favor no lo tomes así, es por no ponerme a escribir cosas que ya escribí.
Feliz 2012
También para ti, Pablo, mi deseo de un feliz 2012. Y gracias por tu aportación.
Saludos.
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