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31.12.11

¡Feliz 2012!… dentro de lo posible


El Bosco, Adoración de los Magos. Museo del Prado. Madrid.


¿No es precisamente la felicidad eso que todo el mundo busca y que no hay absolutamente nadie que no la quiera?¿Dónde la vieron para enamorarse de ella? Seguro que la poseemos, aunque no sé cómo. Existe la modalidad de quien la posee y se siente feliz. Y hay quienes son felices en esperanza. Estos últimos la poseen en grado inferior a los primeros, que son felices al poseer la felicidad real, pero están en mucho mejor situación que aquellos que no son felices ni por la realidad ni por la esperanza. Ni siquiera éstos desearían ser felices si no poseyeran la felicidad en cierto grado. Lo que es ciertísimo es que la desean. No sé como, pero han tenido conocimiento de ella; por eso tienen no sé qué noción de ella. Me ocupo en saber si esta noción reside en la memoria Si reside en ésta, es que hubo un tiempo en que fuimos felices. No trato ahora de indagar si fuimos felices cada uno individualmente considerado o lo fuimos en la persona del primer pecador, en la cual morimos todos y de la cual todos nacimos en la miseria.


El tríptico cerrado de la Adoración de los Magos.


Lo que ahora me interesa saber es si la felicidad está en la memoria. Porque lo que es cierto es que no la amaríamos si no la conociésemos. Oímos el vocablo felicidad y todos confesamos anhelar la realidad misma. No nos basta el placer que dimana del vocablo. Un griego lo oye en latín y no siente placer alguno, porque desconoce el significado de la palabra. En cambio, a nosotros sí que nos causa placer, como se lo causaría al griego si lo oyera en griego, porque la realidad no es griega ni latina. Es una cosa que tanto griegos como latinos ansían alcanzar. Y dígase lo propio del resto de los lenguajes humanos. Todos la conocen, y si pudiéramos preguntarles con una única palabra si desean ser felices, responderían sin la menor duda que sí. Y esto no sería posible si no estuviera en la memoria de ellos la realidad designada por la palabra felicidad.

San Agustín
Confesiones, Libro X, 21
Madrid: Biblioteca de Autores Cristianos, 2000
Traducción de José Cosgaya, O.S.A.
 

   

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San Juan de la Cruz

Alberto Caeiro

José A. Muñoz Rojas

 

F

29.12.11

+El “Diario de un argentino en Toronto” (Un jocoso tratado sobre la realidad y la ilusión)

Que el “Diario de un argentino en Toronto” es desternillante no cabe dudarlo. Desternillante es, y no solo eso, este breve y jocoso tratado sobre la realidad y sus sañudas afrentas a la ilusión. Esa realidad aguafiestas que pone grilletes a los ensueños. Y nos desengaña. Esa realidad aguafiestas que arranca el velo de la utopía. Y nos desengaña. Esa realidad aguafiestas que se atiene a lo concreto. Y nos desengaña.
Esa realidad aguafiestas que da jaque mate a las fantasías. Y nos desengaña.
Esa mísera realidad insoslayable que nos engaña a su manera con el iluso deseo de estar en otra parte, como si allí la realidad pudiera no alcanzarnos.

Ea, basta de palabrería. A disfrutar la filosófica lección, avasalladoramente divertida. 


     

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San Juan de la Cruz

Alberto Caeiro

José A. Muñoz Rojas

* * *

San Mateo

Nyânatiloka Mahâthera

 

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20.12.11

* “La víbora”, un antipoema de Nicanor Parra

… no llamar “poemas” a los “antipoemas” de Parra sería una actitud tan mojigata como
no llamar, por ejemplo, pintura a la pintura abstracta. Los antipoemas de Parra no son otra cosa que poemas, poemas nuevos que se nutren del lenguaje hablado y del lenguaje poético tradicional, ironizándolo.
*

René de Costa
Introducción
Para una poética de la (anti)poesía

 

LA VÍBORA

Durante largos años estuve condenado a adorar a una mujer despreciable
Sacrificarme por ella, sufrir humillaciones y burlas sin cuento,
Trabajar día y noche para alimentarla y vestirla,
Llevar a cabo algunos delitos, cometer algunas faltas,
A la luz de la luna realizar pequeños robos,
Falsificaciones de documentos comprometedores,
So pena de caer en descrédito ante sus ojos fascinantes.
En horas de comprensión solíamos concurrir a los parques
Y retratarnos juntos manejando una lancha a motor,
O nos íbamos a un café danzante
Donde nos entregábamos a un baile desenfrenado
Que se prolongaba hasta altas horas de la madrugada.
Largos años viví prisionero del encanto de aquella mujer
Que solía presentarse a mi oficina completamente desnuda
Ejecutando las contorsiones más difíciles de imaginar
Con el propósito de incorporar mi pobre alma a su órbita
Y, sobre todo, para extorsionarme hasta el último centavo.
Me prohibía estrictamente que me relacionase con mi familia.
Mis amigos eran separados de mí mediante libelos infamantes
Que la víbora hacía publicar en un diario de su propiedad.
Apasionada hasta el delirio no me daba un instante de tregua,
Exigiéndome perentoriamente que besara su boca
Y que contestase sin dilación sus necias preguntas
Varias de ellas referentes a la eternidad y a la vida futura
Temas que producían en mí un lamentable estado de ánimo,
Zumbidos de oídos, entrecortadas náuseas, desvanecimientos prematuros
Que ella sabía aprovechar con ese espíritu práctico que la caracterizaba
Para vestirse rápidamente sin pérdida de tiempo
Y abandonar mi departamento dejándome con un palmo de narices.

Esta situación se prolongó por más de cinco años.
Por temporadas vivíamos juntos en una pieza redonda
Que pagábamos a medias en un barrio de lujo cerca del cementerio.
(Algunas noches hubimos de interrumpir nuestra luna de miel
Para hacer frente a las ratas que se colaban por la ventana.)

Llevaba la víbora un minucioso libro de cuentas
En el que anotaba hasta el más mínimo centavo que yo le pedía en préstamo;
No me permitía usar el cepillo de dientes que yo mismo le había regalado
Y me acusaba de haber arruinado su juventud:
Lanzando llamas por los ojos me emplazaba a comparecer ante el juez
Y pagarle dentro de un plazo prudente parte de la deuda
Pues ella necesitaba ese dinero para continuar sus estudios.
Entonces hube de salir a la calle y vivir de la caridad pública,
Dormir en los bancos de las plazas,
Donde fui encontrado muchas veces moribundo por la policía
Entre las primeras hojas del otoño.
Felizmente aquel estado de cosas no pasó más adelante,
Porque cierta vez en que yo me encontraba en una plaza también
Posando frente a una cámara fotográfica
Unas deliciosas manos femeninas me vendaron de pronto la vista
Mientras una voz amada para mí me preguntaba quién soy yo.
Tú eres mi amor, respondí con serenidad.
¡Ángel mío, dijo ella nerviosamente,
Permite que me siente en tus rodillas una vez más!
Entonces pude percatarme de que ella se presentaba ahora provista de un pequeño taparrabos.
Fue un encuentro memorable, aunque lleno de notas discordantes:
Me he comprado una parcela, no lejos del matadero, exclamó,
Allí pienso construir una especie de pirámide.
En la que podamos pasar los últimos días de nuestra vida.
Ya he terminado mis estudios, me he recibido de abogado,
Dispongo de un buen capital;
Dediquémonos a un negocio productivo, los dos, amor mío, agregó,
Lejos del mundo construyamos nuestro nido.
Basta de sandeces, repliqué, tus planes me inspiran desconfianza,
Piensa que de un momento a otro mi verdadera mujer
Puede dejarnos a todos en la miseria más espantosa.
Mis hijos han crecido ya, el tiempo ha transcurrido,
Me siento profundamente agotado, déjame reposar un instante,
Tráeme un poco de agua, mujer,
Consígueme algo de comer en alguna parte,
Estoy muerto de hambre,
No puedo trabajar más para ti,
Todo ha terminado entre nosotros.

clip_image002 
Poemas y antipoemas
Madrid, Cátedra, 1988


     

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José A. Muñoz Rojas

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San Mateo

Nyânatiloka Mahâthera

Gabriel Marcel

Fernando Pessoa

Augusto Monterroso

 

F

19.12.11

El que avisa…

EL AUTOR SE DARÁ X SATISFECHO  

SI LOS LECTORES COMPRAN ESTE LIBRO


                             Nicanor Parra

Variación tipográfica sobre el singular aviso que exorna la contracubierta de Poemas y antipoemas [1954], de Nicanor Parra, Premio Cervantes 2011, a partir de la edición de Cátedra (Letras Hispánicas), Madrid, 1988.


   

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San Mateo

Nyânatiloka Mahâthera

Gabriel Marcel

Fernando Pessoa

Augusto Monterroso

Thornton Wilder

 

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16.12.11

Presentación del n.º 4 de El Alambique

El Alambique, nú. 4El Alambique, núm. 4

La Fundación Alambique para la Poesía tiene el placer de invitarle el lunes, 19 de diciembre, a las 20 horas, a la presentación del n.º 4 de la revista El  Alambique (cuyo dossier está dedicado a la figura y obra de Ángel Luis Vigaray).

José Cereijo, Jorge Dot, Ángel Guinda, Agustín Porras, Ángel Rodríguez Abad y José Luis de la Vega abrirán este acto, al que se sumarán las voces de poetas que conforman las distintas secciones de dicha entrega.

Os esperamos en el
ATENEO DE MADRID 
Calle Prado, 21

http://www.fundacionalambique.com/