Vida de la comunidad: comunidad de bienes El grupo de los creyentes tenía un solo corazón y una sola alma: nadie tenía por propia cosa alguna, sino que tenían todo en común. Los apóstoles daban testimonio con energía de la resurrección de Jesús, el Señor, y gozaban de gran simpatía. No había entre ellos ningún necesitado, porque todos cuantos eran dueños de haciendas o casas las vendían, llevaban el precio de lo vendido, lo ponían a los pies de los apóstoles y se repartía a cada uno según sus necesidades. José, llamado por los apóstoles Bernabé -que significa hijo de la consolación-, levita, chipriota de nación, tenía un campo, lo vendió, trajo el dinero y lo puso a los pies de los apóstoles. El caso de Ananías y Safira Sin embargo, un tal Ananías, de acuerdo con Safira, su mujer, vendió una propiedad y se quedó con parte del precio, sabiéndolo también su mujer; luego tomó el resto y lo puso a los pies de los apóstoles. Pedro le dijo: Biblia En el texto he combinado diversas traducciones, aunque la base es la de las editoriales San Pablo y Cristiandad. |
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La edición de Cristiandad es la novedosa versión dirigida por Luis Alonso Schökel y Juan Mateos.
ResponderEliminartoles también la inculcó, ya en el seminario: bajo su patrocinio se desarrollaron las conferencias de pastoral (1912-1915), la clase de sociología, y los primeros pasos de los neosacerdotes en el ministerio. María es co-apóstol; así como es corredentora” (AD, Numeral 181).
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